La economía boliviana enfrenta una paradoja histórica: mientras el 70% de la población económicamente activa trabaja en la informalidad, el Estado pierde anualmente USD 2,500 millones en evasión fiscal, recursos que podrían financiar 30 hospitales de tercer nivel o 1,000 escuelas públicas. Este escenario no solo perpetúa la pobreza (el 36% de los informales vive con menos de USD 3 diarios), sino que debilita la competitividad nacional. Frente a esta realidad, el presente ensayo plantea cinco ejes estratégicos para transformar el empleo informal en oportunidades formales, sostenibles y dignas. A continuación, se detalla la justificación y problemática específica de cada punto: