Modelo de Integración Económica de Bolivia (MIEB)

La historia reciente de Bolivia ha estado marcada por modelos económicos ineficientes que, a pesar de haber contado con ingresos extraordinarios por materias primas, no lograron garantizar estabilidad ni sostenibilidad. Frente a la prolongada crisis económica, caracterizada por una pérdida significativa del poder adquisitivo, la escasez de divisas, una inflación creciente y una informalidad laboral abrumadora, surge el Modelo de Integración Económica de Bolivia (MIEB) como una alternativa multidimensional y transformadora. Esta propuesta se basa en los pilares de la rentabilidad, sostenibilidad, estabilidad, y en un firme compromiso con la ciencia, la tecnología y la innovación.

El MIEB propone un cambio de paradigma. Rompe con la lógica del extractivismo y se orienta hacia una economía del conocimiento. En primer lugar, plantea que la rentabilidad económica no puede depender exclusivamente de la exportación de recursos naturales en bruto. Por ello, prioriza la transformación de materias primas como el litio y el oro mediante procesos que generen valor agregado, incrementando así los ingresos nacionales y reduciendo la vulnerabilidad frente a los precios internacionales.

La sostenibilidad, en tanto, se aborda desde una transición energética responsable. La sustitución progresiva del diésel por biodiésel y la revisión gradual de las subvenciones energéticas buscan reducir la dependencia externa y proteger el medioambiente, sin afectar bruscamente la economía interna. A su vez, el modelo propone un tipo de cambio flotante con paridad fija, lo cual otorgará mayor certidumbre al comercio exterior y a la inversión productiva. La inflación será controlada con una meta máxima del 2%, lo que permitirá la recuperación del poder adquisitivo hoy deteriorado en un 65%.

Para la implementación del MIEB se plantea la creación de una nueva base monetaria respaldada en litio, un recurso abundante y estratégico en Bolivia. Con esta base se busca garantizar la estabilidad monetaria y la emisión responsable de circulante. Asimismo, se promueve una masiva formalización laboral, disminuyendo la informalidad del 85% al 5%, e incrementando los fondos de la seguridad social, lo cual permitirá robustecer el aparato productivo y financiero del país.

Entre los resultados esperados, destacan la reducción del contrabando del 20% al 5% del PIB, la estabilización macroeconómica, el fortalecimiento de las reservas internacionales y el establecimiento de un sistema de salud digital, eficiente y universal. El modelo también apuesta por una administración pública moderna basada en gobierno electrónico, lo cual permitirá reducir la corrupción y los costos operativos del Estado.

El MIEB va más allá de lo económico. Proyecta una reforma estructural del Estado mediante la inclusión de la Seguridad Social como cuarto poder estatal. Esta transformación garantizará el acceso gratuito y digitalizado a la salud, la protección ante el desempleo y la jubilación, consolidando un sistema de bienestar integral. A nivel ético y cultural, el modelo propone reemplazar los valores negativos que han fracturado la sociedad boliviana —como la mentira, el odio o el racismo— por valores universales como la verdad, la unión y la admiración. Se trata, en definitiva, de construir una Bolivia feliz, moderna, digna y respetada en el ámbito internacional.

El Modelo de Integración Económica de Bolivia (MIEB) representa una propuesta ambiciosa, técnica y ética para superar las limitaciones históricas de los modelos anteriores. Su enfoque integral, que articula economía, política y valores, ofrece una hoja de ruta clara para refundar el país sobre bases sostenibles y equitativas. Frente a los desafíos actuales, Bolivia necesita más que un nuevo gobierno: necesita un nuevo modelo que sea capaz de transformar la realidad nacional con audacia, conocimiento y compromiso social.